En tiempos de violencia y guerra, surge la
esperanza. El cambio de Paradigma.
Cuando un libro llega a nuestras manos sin que lo busquemos,
seguramente, es por alguna razón que descubriremos con el tiempo. O tal vez, en
la misma lectura. No por una cuestión de gusto sino por un sentido. Por un
motivo. Ese motivo que a veces necesitamos encontrar en la pluma de otro. Ese
motivo que es el sentido que enmascaramos por miedo.
Porque el miedo es esa fuerza, vorazmente paralizante que nos
envuelve en el mundo. Que tiende muertos.
Que arrebata inocencias. Que malogra la vida. Que revela miserias.
Que sacude inminente. Que transita con furia.
Ese miedo que da lugar a reproducir sistemas. A no cambiar
paradigmas. A someternos a regímenes autárquicos. Perversos. Esos que buscan
anular nuestra construcción subjetiva, interviniendo en nuestras formas de
actuar, pensar y sentir.
El mundo es una Guerra. El mundo se ha convertido en
tragedia. En violencia sin límites en todas las esferas asumiendo que se mata
en nombre de algo o alguien. Que se mata, como una forma de vida. Como un
estilo que arrasará ideas diferentes sin dar lugar a debates. A consensos.
La violencia forma parte de lo cotidiano.Y muchos, ya la han
naturalizado dentro de un universo de significados casi obsoleto. Deshecho de
dolor.
Así es como este sentido de realidad que es una brutal
sobredosis, se vuelve un laberinto insoportable. Un entrecruzamiento. Un
callejón que parece no tener salida. Todo, hasta que llega a nuestras manos un
libro llamado “Las Llaves”.
“Las Llaves”, es el nuevo libro de la escritora Marina De
Chateaubriand quien conmueve, seguramente, sin proponérselo, a todos aquellos
lectores que nos sumergimos en su lectura y nos reflejamos en los valores. En
los códigos. En la lucha.
En ese sentido inmaculado de reconstrucción de fuentes del
saber. De creación de nuevos modos.
“Las Llaves” es una búsqueda constante que en cada hoja
desliza una pista. Evoca un conocimiento. Revela un encuentro.
Observa, la autora, con extrema y sensorial agudeza, todos aquellos puntos del ser humano que se encuentran bloqueados por el egoísmo y que resurgen, cuando el otro referente, tiende una mano.
Observa, la autora, con extrema y sensorial agudeza, todos aquellos puntos del ser humano que se encuentran bloqueados por el egoísmo y que resurgen, cuando el otro referente, tiende una mano.
Acerca un bálsamo. Da una palabra. Ofrece un remanso.
Marina De Chateaubriand no solo tiene la experiencia de una
mujer formada dentro del campo periodístico, sino que también tiene el don de
saber relatar. De llegar a quienes la leemos y de mover, fundamentalmente,
estructuras áridas con la sutileza de la inteligencia. Y por sobre todas las
cosas, de la humildad.
El arte en todas sus manifestaciones. La guerra. La paz. La lucha.
El abrazo. El encuentro. El compartir. La medición de las personas. La
desconfianza que se hace confianza. La vulnerabilidad que encuentra contención
en la amistad.
La lucha por cambiar. Por buscar, casi en un desierto
solidario, Las Llaves. Esas llaves que están tan cerca. Que las vamos viendo en
distintos países del mundo. En las Sociedades Agobiadas que se manifiestan
diciendo basta. Que empiezan, bajo la luz de la luna, a despojarse de los
miedos de ayer. De los terrores de hoy. De a poco, lentamente.
“Las Llaves”, es el segundo libro de Marina De Chateaubriand.
Es su segunda apuesta hacia la apertura de conciencia. Hacia la edificación de
la Verdad sin simulacros. Del sentir sin especulaciones. Del mundo sin sangre.
Sin utopías pero con la clara convicción de que existe,
tendiendo lazos, la posibilidad de Paz.
De transformar la sangre en manantial.
Marina De Chateaubriand es una escritora, deliciosamente
formada. “Y extranjero tú fuiste en la tierra de Egipto”, fue su primer libro.
Con el mismo, comenzó este “desafío”. Este mostrar a la juventud que no todo
está perdido. Que hay mucho por hacer. Que hay cosas pendientes.
Que el tiempo es eternidad. Y que en la eternidad,
forjaremos, generación tras generación, un mundo genuino. Sociedades concretas.
Basadas en esas bases que sentaron nuestros próceres. Nuestros maestros.
La eternidad no como idealismo sino como traspaso de una
lucha que se ve en el campo de acción que toma Las Llaves para abrir las
puertas de la Educación. En donde la Ignorancia no tiene cabida. En donde la
amistad es la ayuda ante un enfermo. Ante alguien que lo necesita sin importar
distancias.
El camino de la Fe. El camino hacia lo mejor de nosotros.
El camino de la Fe. El camino hacia lo mejor de nosotros.
La magia se apodera. La luna y la espera. La puerta se abre.
Marina De Chateaubriand nos da “Las Llaves”. Estamos frente a la certeza. No
hay utopía. La puerta está entornada y unidos, podremos terminar de abrirla.
Marina De Chateuabriand llega a nuestras fibras. Con una
historia sin lugares comunes.
Una historia que es la historia de la humanidad que necesita de esa gran bocanada de aire. De fuerza. De saber que en la lucha, no hay individuos. Hay un colectivo formado para triunfar.
Una historia que es la historia de la humanidad que necesita de esa gran bocanada de aire. De fuerza. De saber que en la lucha, no hay individuos. Hay un colectivo formado para triunfar.
Ediciones METROPOLIS
Laura Etcharren (socióloga) para Blog Laura Etcharren